Todavia recuerdo cuando el brother de Miranda nos hizo los honores y accedimos a su ciudad por una de las entradas disponibles. De repente, un cartel visible. El típico de pueblo (o ciudad) que da la bienvenida, que ofrece su hospitalidad. Decía "Bienvenidos a Miranda, ciudad no nuclear".
Ya sólo leer el cartel de bienvenida invitaba a pensar en algo "radioactivo". Y asi fue. Como bien nos dijo Rubén, la central nuclear de Santa Maria de Garoña, ubicada muy cerca de Miranda, era la responsable de emitir radiaciones, descontroladas por su mal estado, afectando a poblaciones colindantes, y dejando secuelas cada vez más patentes en lo que a la contaminación y salud se refiere.
Es cierto que desde su fundación, se convirtió en una fuente de empleo para los mirandeses, sobre todo. Pero hoy en dia, la petición de cierre, sobre todo por Greenpeace, la convierte en tema de actualidad.
Ellos han creado la campaña "Yo soy antinuclear", y persigue recordar a la opinión pública el compromiso electoral del PSOE de "sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por energías seguras, limpias, y menos costosas.
Garoña, inaugurada en 1971, "está totalmente amortizada desde hace años, y es una central nuclear obsoleta, aquejada de graves problemas de seguridad", según el comunicado de Greenpeace.
Su permiso de explotación termina en julio de 2009. "Sin embargo, en su afán de obtener más beneficios, la compañía propietaria Nuclenor (Endesa 50%-Iberdrola 50%), ha pedido una prórroga de otros 10 años para la central", asegura la organización ecologista.
Greenpeace señala en su comunicado que "la aportación de la central nuclear de Garoña al sistema eléctrico en el año 2007 fue tan sólo de 3.478 Gigavatios-hora (Gwh), lo que supone un 1,28% sobre el total de generación neta de electricidad de ese año (que fue de 271.372 Gwh) en España".
Garoña, conocida como la "central de las mil y una grietas", es una central que, desde el punto de vista de la seguridad, está "fuera de normativa", según la organización ecologista.
La central sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor (ésta es el verdadero corazón de la central nuclear, ya que alberga el combustible de uranio: el núcleo), motivo por el cual la seguridad de esta instalación se encuentra seriamente comprometida".
Greenpeace señala que "este problema afecta ya al 70% de los tubos que atraviesan la vasija del reactor y por los que pasan a su interior las barras de control, que son el 'sistema de frenado' de la reacción nuclear". Este agrietamiento empeora irreversiblemente con el tiempo, según ha reconocido el Consejo de Seguridad Nuclear ante el Parlamento.
Cierre a la central nuclear de Garoña! Y no es coña...
AG
No hay comentarios:
Publicar un comentario